El alcalde de Madrid, Carlos Hernández, ha presentado este lunes un ambicioso plan de reurbanización que transformará la emblemática Gran Vía en un modelo de sostenibilidad y modernidad. Con una inversión prevista de 200 millones de euros, el proyecto pretende reducir la contaminación y mejorar la movilidad en una de las arterias más transitadas de la capital española. Entre las medidas destacadas se incluyen la ampliación de las aceras, la creación de un carril bici y la plantación de más de mil árboles para aumentar las zonas verdes. El plan, que se ejecutará a partir de junio de 2025, también promueve la movilidad eléctrica, reservando espacios para vehículos no contaminantes y estaciones de carga.
La iniciativa ha generado opiniones divididas entre los ciudadanos y los comerciantes de la zona. Mientras algunos residentes aplauden la medida por su impacto positivo en el medio ambiente, otros expresan su preocupación por las potenciales alteraciones en el tráfico y las repercusiones económicas durante el periodo de obras. Los comerciantes, por su parte, temen una disminución de clientes debido a las posibles restricciones de acceso y sugieren medidas paliativas para minimizar el impacto. En respuesta a las inquietudes, el Ayuntamiento ha asegurado que pondrá en marcha campañas de promoción y trabajará en estrecha colaboración con el sector para mitigar cualquier efecto negativo.
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