El Ayuntamiento de Madrid ha dado un paso significativo hacia el fomento de la movilidad sostenible al aprobar la convocatoria para transformar una gasolinera tradicional en Puente de Vallecas en una estación de servicio de energía limpia. Situada en la calle Méndez Álvaro, 82, esta infraestructura se convertirá en un punto de referencia para el suministro de energías renovables, alineándose con las metas establecidas en la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360.
La nueva estación, que eliminará por completo la comercialización de combustibles fósiles, se centrará en ofrecer alternativas sostenibles como carburantes líquidos y gaseosos de origen renovable, hidrógeno para pilas de combustible, y puntos de recarga para vehículos eléctricos. Con una ubicación destacada próxima a la M-30 y alejada de áreas residenciales, la instalación aprovechará los más de 6.000 metros cuadrados disponibles para albergar nueve puntos de recarga eléctrica, distribuidos en diferentes potencias para atender diversas necesidades de carga.
El futuro concesionario tendrá la responsabilidad de instalar una central de producción de electricidad fotovoltaica en el área, asegurando que toda la energía suministrada tenga un vínculo directo con fuentes renovables. Además, deberá aplicar estrategias de urbanismo sostenible y seguir criterios de accesibilidad universal, garantizando un entorno amigable y accesible para todos los usuarios.
El acuerdo de concesión, que se extenderá por un periodo de 15 años, incluye también el desmantelamiento de las actuales instalaciones y la construcción de la nueva estación en un plazo máximo de 12 meses desde la formalización. Además de la parte fija del canon, que tendrá una cuantía mínima de 20.000 euros al año, el adjudicatario pagará una parte variable en función del volumen de combustible suministrado, incentivando así la promoción y uso de energías limpias.
Esta iniciativa, promovida por el Área de Gobierno de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad bajo la dirección de Borja Carabante, refleja el fuerte compromiso de Madrid hacia la mejora de la calidad del aire y la reducción de emisiones, proporcionando un modelo de referencia para el futuro de las infraestructuras de movilidad urbana sostenible en otras ciudades.