La Comunidad de Madrid ha iniciado una ambiciosa actividad de extracción de material de pino silvestre, con la que se prevé ingresar medio millón de euros. Estos fondos se reinvertirán en la mejora de los bosques de la región. El consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, anunció en un encuentro informativo que esta acción se enmarca en el plan «Madrid Forestal», presentado por la presidenta Díaz Ayuso, con una inversión de 160 millones de euros.
Este plan, innovador en su planteamiento, tiene como objetivo principal la gestión activa de los bosques, buscando reducir el riesgo de incendios, plagas y enfermedades, y mantener la salud de la flora. Contará con diez ejes de acción y 44 medidas específicas. Novillo enfatizó la importancia de aumentar el aprovechamiento maderero, una práctica sustentable que permitirá mejorar la estructura sanitaria de los bosques y crear defensas naturales contra los incendios.
Con la iniciativa, se prevé un aumento significativo en la producción maderera, pasando de 18.504 a 357.333 metros cúbicos, lo que generará 4,1 millones de euros en ingresos hasta 2026. Para ello, se crearán nuevas oficinas y se mejorarán infraestructuras, apoyando a propietarios de montes privados.
Los agentes forestales supervisarán las actividades en Gascones, garantizando que se cumplan las normativas. Para asegurar una gestión eficiente, se ha establecido una unidad técnica específica en coordinación con responsables locales.
La modificación de la Ley Forestal y de Protección de la Naturaleza será crucial para establecer un marco jurídico sólido. El objetivo es actualizar y mejorar las medidas de prevención y extinción de incendios ante los desafíos climáticos actuales, facilitando una respuesta más efectiva a las emergencias.
La nueva normativa también adaptará la legislación regional a los cambios estatales, garantizando una coherencia en la gestión de los montes. Además, promoverá la ganadería extensiva como un método natural para la conservación del monte, reforzando su papel en la prevención y control de incendios.
Este enfoque integral promete fortalecer la resiliencia de los bosques madrileños, asegurando su preservación y sostenibilidad en el largo plazo.