La llegada masiva de aves rescatadas, como es habitual entre los meses de mayo y agosto, ha experimentado este año una ligera disminución respecto a 2023. Estas aves, que incluyen principalmente a vencejos, gorriones y urracas, caen frecuentemente de sus nidos situados en las alturas de grandes edificios, incapaces de volar aún. Las intensas temperaturas también juegan un papel crucial, impulsando a muchas a saltar prematuramente de sus refugios debido a la exposición solar.
Este año ha sido diferente para el Centro de Recuperación de Aves Silvestres (CRAS), uno de los hospitales más prestigiosos de Europa en el ámbito de la conservación de la fauna. La institución ha notado una bajada en el número de acogidas de aves jóvenes respecto al año anterior, donde la cifra llegó a la notable suma de 1.800. Estas dinámicas se han visto favorecidas por las condiciones climáticas benévolas en 2024, las cuales han contribuido a una mayor disponibilidad de insectos voladores, el alimento básico para estos animales. La disminución de tormentas y olas de calor ha resultado ser un factor crucial en su bienestar.
El CRAS, reconocido por sus avanzadas técnicas de conservación y recuperación, sigue apostando por innovadoras prácticas como el «fostering». Esta técnica implica la incorporación de las crías huérfanas en nidos ajenos, donde parejas reproductoras de la misma especie asumen su cuidado. Gracias a este método, las aves rescatadas son acogidas y alimentadas junto a las crías biológicas de sus nuevos padres, lo que aumenta significativamente su tasa de supervivencia y les garantiza un aprendizaje adecuado de los hábitos esenciales para su pleno desarrollo en la vida adulta.
El papel del CRAS no solo se limita a la acogida y tratamiento de aves jóvenes. Su equipo de profesionales altamente capacitados atiende también a animales heridos o enfermos, asegurando una recuperación óptima antes de su retorno al medio natural siempre que sea posible. Además, el centro lidera iniciativas para la gestión de especies invasoras, protegiendo así el equilibrio de la fauna autóctona.
Mientras que el trabajo diario de los expertos del CRAS continúa siendo vital para la conservación de diversas especies, este año ha representado una tregua en el número de ingresos gracias a las condiciones meteorológicas más favorables. No obstante, la labor de este hospital de fauna silvestre sigue siendo indispensable, no solo para salvar a cada ave individualmente, sino también para mantener la biodiversidad del entorno natural.