En el vibrante ambiente de la Feria de Otoño, los aficionados taurinos se preparan para un evento sin precedentes que reunirá a algunos de los nombres más destacados del mundo taurino. Entre los matadores que participarán se encuentran figuras de renombre como Morante de la Puebla, Curro Vázquez, César Rincón, Julio Aparicio y Enrique Ponce. A este elenco se une la participación especial del rejoneador retirado Pablo Hermoso de Mendoza y la prometedora novillera madrileña Olga Casado.
En paralelo a los festejos, se ha anunciado la próxima inauguración de un monumento dedicado a «Antoñete», una figura legendaria del toreo español. Este homenaje busca reconocer su significativa contribución y legado, resaltado por distinciones como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2001 y la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid, concedida póstumamente. Durante la presentación del festival, estuvieron presentes el director del Centro de Asuntos Taurinos (CAT), Miguel Martín, la empresa Plaza 1 y el diestro José Antonio Morante de la Puebla, quienes destacaron la pasión y entrega que caracteriza este evento.
La escultura, obra del artista onubense Martín Lagares, es una pieza impresionante confeccionada en barro y recubierta de bronce fundido, con una altura de 2,30 metros. Esta obra será colocada en un lugar privilegiado junto a Las Ventas, convirtiéndose en un homenaje permanente a Antoñete.
Las cifras de asistencia reflejan el entusiasmo que rodea a este evento. Con más de 45.000 entradas vendidas, se espera un lleno total durante la corrida de la Hispanidad del próximo 12 de octubre, poniendo así fin a una temporada que ha roto récords. La Feria de San Isidro, por ejemplo, atrajo a casi 600.000 asistentes, con un promedio diario de 21.000 espectadores. Las novilladas nocturnas, bajo el certamen «Cénate Las Ventas», contaron con la presencia de 50.000 aficionados, y la Feria de Otoño ha superado todas las expectativas con 19.428 abonados, la cifra más alta en los últimos 15 años.
Este año, sin duda, se cierra con un broche de oro para el mundo taurino, celebrando no solo la tradición, sino también el legado de aquellos que han marcado la historia de este arte.