En 2024, la inversión latinoamericana en el sector inmobiliario alcanzó un volumen sin precedentes de 523 millones de euros, triplicando así la cifra del año anterior y marcando un hito en las transacciones internacionales. Este fenómeno, que ha captado la atención de analistas y expertos del mercado, se debe a una serie de factores económicos y sociales que han favorecido la adquisición de propiedades de lujo en regiones clave. Entre las causas identificadas se encuentran el fortalecimiento del poder adquisitivo de ciudadanos latinoamericanos, las atractivas condiciones de financiación y la percepción de la inversión en bienes raíces como un refugio seguro ante las inestabilidades económicas en sus países de origen.
La tendencia también responde a un incremento en el interés por la diversificación de activos y la búsqueda de oportunidades de negocio en mercados extranjeros, donde se percibe una revalorización más sostenible a largo plazo. Por otro lado, propiedades en ciudades cosmopolitas, con gran proyección cultural y económica, han sido especialmente atractivas para estos inversores. A lo largo del último año, las operaciones se han concentrado en sectores prime de renombre mundial, evidenciando un giro estratégico en la cartera de inversiones hacia áreas con alta demanda y prestigio. Este auge refleja no solo un cambio en las dinámicas de inversión a nivel global, sino también el papel creciente de Latinoamérica como protagonista en el mercado inmobiliario del lujo.
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