Esta mañana, el colegio de Educación Infantil y Primaria Antonio Moreno Rosales abrió sus puertas para recibir a dos figuras destacadas del ámbito municipal: el delegado de Políticas de Vivienda y presidente de EMVS Madrid, Álvaro González, y el concejal de Centro, Carlos Segura. Ambos visitaron las renovadas instalaciones del centro educativo tras una completa rehabilitación llevada a cabo por la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS Madrid), cuya inversión superó los cinco millones de euros.
El colegio, ubicado en el emblemático barrio de Lavapiés, hoy brilla con renovado esplendor gracias a las obras culminadas en junio, permitiendo que miles de alumnos retomen sus clases en un entorno seguro, accesible y energéticamente eficiente desde el curso 2024-2025.
El proyecto de rehabilitación no fue un simple ajuste estético. Desde el inicio de las obras en 2019, la visión se enfocó en reforzar la estructura histórica del edificio, que cuenta con un grado de protección nivel 2. Los esfuerzos iniciales se concentraron en el saneamiento, la fachada y el fortalecimiento de algunos forjados. Posteriormente, EMVS Madrid asumió la tarea de un refuerzo estructural integral, abarcando muros de carga, pilares y forjados.
En sus 4.400 metros cuadrados, el colegio se ha adaptado a la normativa actual en términos de accesibilidad y medidas contra incendios. La obra maestra de la escalera principal protegida ha sido restaurada, y se ha añadido una nueva escalera en la parte posterior, junto con un ascensor central que facilita el acceso a todas las plantas.
La redistribución de los espacios es otra de las innovaciones del proyecto. Las aulas ahora gozan de luz natural, orientadas hacia la fachada principal y los patios interiores. Además, se han optimizado áreas comunes como el gimnasio, vestuarios y un aula polivalente en la planta tercera, aprovechando el icónico diseño de la cubierta. El comedor, ahora en la planta baja, y una nueva zona de recreo al aire libre, intensifican la funcionalidad del espacio.
En la búsqueda de eficiencia energética, se reemplazaron las antiguas ventanas por carpintería de madera con sistemas de cierre seguros. Los nuevos vidrios aumentan el aislamiento térmico y acústico, mientras que un avanzado sistema de ventilación garantiza un aire interior renovado y salubre.
Más allá de las modificaciones técnicas, el alma del proyecto residía en respetar la historia de este edificio, erigido antes de 1830 como residencia de los marqueses Molins. Su rica historia, desde reuniones de intelectuales a convertirse en escuela en 1918, se ha conservado meticulosamente. El edificio, con su imponente volumetría y elementos arquitectónicos destacados, como la fachada y la escalera principal, continua siendo un valioso testimonio del patrimonio cultural madrileño.
Con estas reformas, el Ayuntamiento de Madrid y EMVS Madrid no solo han garantizado que el Colegio Antonio Moreno Rosales cumpla con todas las regulaciones actuales, sino que también han preservado una joya arquitectónica para futuras generaciones, asegurando que este testimonio del pasado continúe inspirando y educando a los ciudadanos del mañana.