Desde el 1 de octubre, la región ha implementado una medida sin precedentes al administrar la vacuna contra el rotavirus a todos los lactantes. Esta iniciativa marca un hito en la estrategia de salud pública, ya que busca proteger a los niños más vulnerables de una enfermedad que puede causar diarrea severa y deshidratación, siendo especialmente peligrosa en los primeros años de vida. El objetivo es reducir significativamente la incidencia de la enfermedad y, en consecuencia, las hospitalizaciones y complicaciones asociadas que afectan tanto a los pequeños como a sus familias.
La decisión de incluir la vacuna en el calendario de inmunización público es parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la calidad de vida infantil y aliviar la presión sobre los servicios sanitarios. Autoridades sanitarias esperan que esta intervención también contribuya a disminuir la carga económica que la enfermedad impone a los sistemas de salud y a las familias. Esta medida se suma a otras iniciativas de vacunación que buscan consolidar un enfoque preventivo robusto y accesible para la población, garantizando que todos los niños tengan acceso equitativo a las herramientas esenciales de salud.
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