El pasado año se convirtió en un período prolífico para el Metro de Madrid, que se consolidó como un escenario predilecto para la producción audiovisual en España. Con un total de 26 rodajes, incluyendo tanto cinematográficos como publicitarios, las instalaciones del metro se han transformado en un enclave atractivo para grandes nombres de la industria. Entre los proyectos más destacados se encuentran la película «La Deuda» de Daniel Guzmán, que aprovechó la emblemática parada de Chamartín para filmar algunas de sus secuencias, y «Zeta», un thriller de acción y espionaje dirigido por Dani de la Torre y Josu Incháustegui, que utilizó el edificio principal de la empresa pública.
El talento nacional también se trasladó a las estaciones del suburbano, como lo demuestra la obra de los populares creadores Javier Calvo y Javier Ambrossi, conocidos como Los Javis. Su miniserie «La Mariliendre» inmortalizó el vibrante barrio de Chueca, mientras que «El Legado», protagonizada por los reconocidos actores José Coronado y Belén Cuesta, se adentró en las profundidades del metro para dar vida a su narrativa.
La nueva temporada de la serie «Física o Química» se suma a este elenco audiovisual, junto con «Salvador», una producción de Daniel Calparsoro que incluye al aclamado actor Luis Tosar. Ambas series incorporaron imágenes del metro para sus tramas, confirmando la versatilidad y atractivo de sus estaciones como un telón de fondo idóneo. En un ámbito diferente pero igualmente significativo, el Metro de Madrid prestó sus andenes y estudios para la creación de anuncios de marcas internacionales como Kellogg’s, Volkswagen, Hoff y Mahou. Además, programas de televisión de alta audiencia como «Cuarto Milenio» y «El Piano» también han encontrado un espacio acogedor en sus instalaciones.
Este auge de rodajes no solo representa una ventaja cultural para la región, sino también un importante impulso económico y turístico. Durante las 44 jornadas de filmación, que acumulaban un total de 225 horas de actividad, participaron más de 1.100 profesionales del sector, incluyendo actores, técnicos y personal de producción. Para el Ejecutivo autonómico, el uso del metro como localización de rodajes es una estrategia eficaz para promover la imagen de la comunidad madrileña y su eficiente red de transporte.
El Metro de Madrid ha sido, desde su inauguración, un escenario recurrente en el cine español, forjando una rica tradición que se remonta a clásicos como «Ópera Prima» (1980) de Fernando Trueba. Otros filmes destacados como «Laberinto de pasiones» (1982) de Pedro Almodóvar, con escenas memorables en la parada de Aluche, y «Tiovivo C.1950» (2004) de José Luis Garci, que asignó a Elsa Pataky el papel de una taquillera del metro, han contribuido a consolidar este patrimonio cinematográfico.
En definitiva, el Metro de Madrid continúa siendo un espacio que inspira y acomoda a cineastas y creativos, ofreciendo un versátil escenario que enriquece tanto el ámbito del arte como el cultural y económico de la ciudad.