El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se prepara para reinaugurar la emblemática Catedral de Notre-Dame este sábado, un evento en el que se congregarán al menos 35 jefes de Estado y de Gobierno, incluido Donald Trump en su primera visita internacional como presidente electo de Estados Unidos. Esta reinauguración tiene lugar cinco años después de que un devastador incendio afectara severamente a este símbolo del patrimonio francés. Durante el evento, Macron ofrecerá un discurso que, según fuentes del Elíseo, adoptará un tono «espiritual, histórico y con vocación universal», buscando reflejar la relevancia cultural y espiritual de Notre-Dame más allá de las fronteras de Francia.
Mientras tanto, el escenario político francés se encuentra en medio de una aguda crisis tras la destitución del gobierno liderado por Michel Barnier, impulsada por una inusual alianza entre la extrema derecha de Marine Le Pen y la extrema izquierda liderada por Jean-Luc Mélenchon. El colapso gubernamental ha intensificado la presión sobre Macron, a quien tanto la derecha como la izquierda culpan de la parálisis política del país. Las negociaciones para formar un nuevo gobierno incluyen conversaciones clave con los socialistas, quienes podrían desempeñar un papel crucial para evitar el caos legislativo y la eventual autodisolución de la Asamblea Nacional. Esta situación política podría desencadenar nuevas elecciones y conducir a un cambio significativo en la gobernanza francesa.
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