La jornada electoral en Europa dejó un terremoto político en Francia tras el sorprendente ascenso de la ultraderechista Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen, que alcanzó el 31.5% de los votos en las elecciones europeas, mientras la fuerza de Emmanuel Macron se quedó con un 14.7%. Ante este panorama, el presidente Macron anunció nuevas elecciones legislativas para el 30 de junio y el 7 de julio, calificándolas como «un momento democrático de la verdad». Este avance de la extrema derecha se replicó en Alemania, donde Alternativa para Alemania (AfD) logró un segundo lugar con un 16%, llevando a un reposicionamiento de las fuerzas ultranacionalistas en el Parlamento Europeo. Macron busca evitar tres años de cohabitación forzosa con un primer ministro de signo político contrario. En paralelo, el eje franco-alemán, otrora bastión de estabilidad, se ve sacudido por este auge de las derechas radicales, que se consolida también en países como Austria e Italia.
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