Madrid y Rivas-Vaciamadrid han alcanzado un acuerdo histórico para redefinir sus fronteras municipales, con el objetivo de solucionar la discontinuidad entre los núcleos urbanos y los terrenos adyacentes a la M-50. Este jueves, ambos ayuntamientos han solicitado formalmente a la Comunidad de Madrid la alteración de sus límites, mediante un intercambio de terrenos que permitirá ajustar la frontera al paso entre la M-50, la M-823 y la A-3. Conforme al acuerdo, Madrid cederá más de 981,000 metros cuadrados de tierras a Rivas mientras que Rivas transferirá alrededor de 517,000 metros cuadrados a Madrid. Esta reconfiguración no solo busca clarificar las fronteras, sino también mejorar la gestión de servicios en áreas compartidas como la Cañada Real, donde se verán afectados tres de sus sectores. En esta línea, el sector tres pasará a estar bajo la competencia única de Madrid, mientras que Rivas asumirá el control exclusivo del sector cinco.
Este avance responde a una petición que Rivas inició en 2021, cuando propuso por primera vez la alteración de los lindes, que había sido modificada para incluir terrenos destinados a un nuevo cementerio. El consenso alcanzado entre ambos municipios refleja la buena sintonía de sus equipos de urbanismo y su compromiso con el Pacto Regional para la desaparición de la Cañada Real firmado en 2017. El acuerdo ahora estará sujeto a un periodo de información pública antes de requerir la aprobación por mayoría absoluta de ambos plenos municipales y la ratificación final por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. La alcaldesa de Rivas, Aída Castillejo, ha subrayado la importancia de este acuerdo entre administraciones y se mantiene optimista sobre la rápida implementación de soluciones para los residentes de la Cañada Real. Los terrenos que Rivas ganará se destinarán a crear un parque natural y zonas de esparcimiento, consolidando su compromiso con el desarrollo sostenible y el bienestar comunitario.
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