El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se mostró ansioso por celebrar una reunión bilateral con su homólogo estadounidense, Donald Trump, anunciada por este último en un discurso en la ONU. La cita, que aún carece de una fecha o formato definido, podría ser crucial para recomponer las tensas relaciones entre ambos países, dañadas durante la administración de Jair Bolsonaro y la posterior imposición de altos aranceles por parte de Trump. Mientras que Lula destacó su deseo de tener un diálogo civilizado basado en corregir posibles desinformaciones de su contraparte, las autoridades brasileñas mantienen cautela, considerando una primera conversación a través de medios no presenciales.
La historia de desencuentros entre Brasil y Estados Unidos ha estado marcada por medidas punitivas que afectan la economía brasileña, como aranceles del 50% sobre productos clave. A pesar de la presión, Lula ha reafirmado la soberanía de su nación y se ha mostrado abierto al diálogo comercial sin injerencias en asuntos internos, especialmente en lo relacionado con el expresidente Bolsonaro. El contexto actual refleja la complejidad de las relaciones internacionales, donde las visiones divergentes de ambos líderes sobre temas como el medio ambiente y el multilateralismo en la ONU ejemplifican los desafíos de encontrar un terreno común. Sin embargo, la reciente interacción entre Lula y Trump, descrita como amigable, ofrece un rayo de esperanza para futuros acuerdos.
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