El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, realizó una visita a la expresidenta argentina Cristina Kirchner en su residencia de Buenos Aires, donde cumple prisión domiciliaria tras ser condenada por corrupción. Kirchner, quien se considera víctima de persecución política, destacó el peso político de la visita, mientras que Lula expresó su apoyo instando a continuar «la lucha por la justicia». En un contexto de tensión política, el encuentro subrayó la solidaridad entre ambos líderes de izquierda frente al gobierno de derecha de Javier Milei. Durante su visita a la capital argentina por la cumbre del Mercosur, la relación distante entre Lula y Milei quedó en evidencia, reflejando visiones opuestas sobre el bloque regional.
La llegada de Lula al barrio de Constitución provocó una multitudinaria congregación de simpatizantes que corearon mensajes de apoyo a ambos líderes. La reunión, que duró casi una hora, culminó sin el saludo esperado desde el balcón por parte de Kirchner, pero terminó con la divulgación de fotos en redes sociales. Lula, quien también enfrentó una condena anulada por corrupción, enfatizó la importancia del apoyo popular en momentos difíciles. La visita, aunque no estaba en la agenda oficial, surgió tras obtener el permiso judicial y generó debate dentro del gobierno brasileño respecto a su conveniencia, siendo interpretada como un acto de respaldo ideológico y personal.
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