El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su guerra comercial al anunciar un arancel del 50% sobre las importaciones de Brasil, en respuesta al tratamiento judicial que se le da al expresidente Jair Bolsonaro y a presuntos ataques a la libertad de expresión en las plataformas estadounidenses en Brasil. Este arancel es parte de una ofensiva más amplia contra varios países y marca un aumento significativo respecto a medidas anteriores. Tras el anuncio, la moneda brasileña cayó un 2% y la Bolsa de São Paulo un 1,3%, poniendo de manifiesto el impacto económico inmediato de la medida. Trump ha justificado esta decisión argumentando una «caza de brujas» contra Bolsonaro, quien enfrenta juicio por su implicación en un intento de golpe de Estado.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha respondido que cualquier medida unilateral será enfrentada bajo la Ley de Reciprocidad Económica brasileña, y ha desmontado las afirmaciones de Trump respecto al déficit comercial estadounidense con Brasil. Lula también ha criticado los ataques a la soberanía nacional y enfatizado la independencia de las instituciones brasileñas. La tensión entre ambos países podría afectar el comercio de productos como el café y el zumo de naranja y despierta preocupación entre los socios comerciales de Estados Unidos respecto a un posible auge del proteccionismo. Mientras tanto, el clima político internacional se complica con las amenazas de nuevos aranceles adicionales a países en alianza con los BRICS, de los que Brasil forma parte, en medio de garantías de represalias comerciales.
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