El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó duramente a su homólogo estadounidense, Donald Trump, tras la aplicación de un arancel del 50% a productos brasileños. Lula calificó a Trump de «autoritario» y «anticivilizatorio», acusándolo de complicar una relación previamente estable. El líder brasileño se negó a llamar a Trump para negociar, alegando que el mandatario estadounidense no muestra interés en dialogar. Mientras las tensiones comerciales entre ambos países aumentan, el gobierno brasileño intenta negociar excepciones para ciertos productos, aunque no se ha logrado comunicación directa entre los presidentes. Lula aseguró que Brasil responderá con un plan de ayuda estatal para las empresas afectadas, evitando, por el momento, represalias arancelarias contra EE.UU.
Por otro lado, Lula arremetió contra el expresidente Jair Bolsonaro y su hijo Eduardo, acusándolos de instigar las sanciones de Trump contra Brasil. Según Lula, las acciones de Bolsonaro y su hijo han puesto al país en una difícil posición internacional, calificándolos como «traidores a la patria». Este conflicto se enmarca en la creciente tensión política interna en Brasil, donde Bolsonaro enfrenta arresto domiciliario bajo la supervisión del juez Alexandre de Moraes, decisión que también ha sido objeto de críticas y controversias en EE.UU. Lula dejó claro que el comportamiento del gobierno de Trump implica una inaceptable intervención en la soberanía brasileña.
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