La controversia sobre el estilo de vida lujoso de varios líderes de Morena ha desatado críticas y ha puesto en tela de juicio el mensaje de austeridad de uno de los partidos más influyentes de México. La presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, ha instado a la cúpula del partido a moderar sus comportamientos para evitar alimentar las campañas de desprestigio promovidas por la oposición. Alcalde ha enfatizado la necesidad de que los dirigentes actúen con «justa medianía», especialmente al acercarse las elecciones intermedias de 2027, donde Morena busca fortalecer su presencia a nivel nacional.
Los escándalos, que incluyen viajes de lujo a Europa y Asia por parte de figuras destacadas como Andrés Manuel López Beltrán y otros líderes del partido, han suscitado una serie de desmentidos y defensas públicas. Claudia Sheinbaum hizo un llamado a ejercer el poder con humildad, aunque sus palabras parecen tener poco impacto entre los involucrados. Ante el escrutinio, López Beltrán defendió su viaje a Tokio como un gasto personal, mientras que Alcalde reiteró que tales acciones no constituyen corrupción. Sin embargo, la percepción pública sigue centrada en el contraste entre las declaraciones de austeridad y las acciones de sus líderes, lo que ha generado una respuesta tajante por parte de la dirigencia para frenar el daño reputacional.
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