Más del 60% de las asociaciones relacionadas con la lotería han resaltado una situación preocupante en el sector: mientras que el precio del boleto no ha experimentado cambios desde 2002, la inflación acumulada desde entonces ha ascendido a un 64%. Esta discrepancia pone en evidencia la pérdida de valor real del precio de la lotería frente al aumento generalizado de los precios, lo que podría impactar tanto en los ingresos de las entidades organizadoras como en los premios para los jugadores.
El estancamiento del precio de la lotería en contraste con la evolución inflacionaria plantea desafíos significativos para las organizaciones que dependen de estos fondos. Con la creciente presión inflacionaria, las asociaciones advierten que mantener el precio actual podría ser insostenible a largo plazo, afectando la capacidad del sector para ofrecer premios atractivos y mantener su viabilidad económica. La situación exige considerar ajustes para equilibrar los ingresos con la realidad económica actual, asegurando así la continuidad del tradicional juego de azar.
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