La reciente alianza del Partido Popular Europeo (PPE) con grupos de extrema derecha en el Parlamento Europeo está encontrando una fuerte resistencia por parte de varios Estados miembros de la Unión Europea. Países como España, Francia y Alemania, entre otros, han formado una sólida minoría de bloqueo contra las enmiendas impulsadas por el PPE para debilitar la ley de deforestación, una normativa ambiental clave bajo el Pacto Verde Europeo. Estas enmiendas, que incluyen la introducción de una categoría polémica de «países de no riesgo», amenazan con crear exenciones para productos derivados de tierras deforestadas. La ley, que busca cerrar el mercado europeo a productos como café, cacao y madera provenientes de áreas deforestadas, fue previamente ratificada por la Eurocámara y los Estados con el objetivo de entrar en vigencia en enero de 2024. Sin embargo, debido a presiones industriales y políticas, su implementación fue aplazada un año, lo que abrió la puerta a maniobras políticas en Bruselas.
El intento de modificar las disposiciones originales y retrasar aún más la ley generó un complejo juego de alianzas parlamentarias. El PPE, apoyado por partidos de extrema derecha, logró que algunas enmiendas se aprobaran por márgenes estrechos, evidenciando la división en el Parlamento Europeo. Esta iniciativa representa un cambio significativo en la estrategia política del PPE, alejándose de sus tradicionales pactos con partidos proeuropeos. Ahora, enfrentan la presión de renegociar un texto conciliador con la Eurocámara, bajo el riesgo de que la normativa original entre en vigor sin cambios, a partir de enero. La situación destaca no solo las tensiones internas del Parlamento, sino también el papel crucial de la ley de deforestación en la agenda medioambiental europea y los desafíos políticos que enfrenta la presidencia húngara de la UE para llegar a un consenso.
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