El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha un ambicioso plan de peatonalización que afecta a varias calles del centro de la ciudad. Entre las zonas destacadas se encuentra la Gran Vía, una de las arterias principales que, a partir del próximo año, restringirá el tráfico de vehículos privados en favor de un mayor espacio para peatones y ciclistas. Esta iniciativa se enmarca dentro de un proyecto más amplio de sostenibilidad urbana que también contempla la creación de nuevos carriles bici y zonas verdes, buscando mejorar la calidad del aire y reducir la contaminación acústica.
Este plan ha suscitado diversas reacciones entre los ciudadanos y comerciantes. Mientras algunos aplauden la medida por contribuir a un entorno más saludable y accesible, otros temen que la reducción del tránsito vehicular afecte negativamente a sus negocios. En respuesta, el consistorio ha afirmado que se implementarán incentivos y ayudas para apoyar a los comercios durante el periodo de transición. Además, se fortalecerá el transporte público y se habilitarán zonas de carga y descarga para minimizar el impacto en las actividades económicas. La administración local asegura que este es un paso necesario hacia la modernización y sostenibilidad de la capital.
Leer noticia completa en El Mundo.