En los últimos días, se han intensificado las tensiones entre Afganistán y Pakistán, alcanzando un punto crítico el pasado viernes. Según las autoridades afganas, una serie de ataques aéreos paquistaníes impactaron en diversos puntos dentro del territorio afgano, lo que ha provocado un incremento en las críticas entre ambos gobiernos. La situación se ha visto agravada por acusaciones mutuas de violaciones fronterizas y actividades insurgentes transfronterizas, lo que ha elevado la preocupación en la región por la posibilidad de una escalada militar.
Ante este panorama, la comunidad internacional ha expresado inquietud, instando a ambos países a buscar formas diplomáticas para calmar la situación. Las relaciones entre Kabul e Islamabad ya habían mostrado tensiones previas debido a disputas territoriales y el refugio de grupos extremistas en las zonas fronterizas. Este reciente incidente subraya la fragilidad de la paz en la región y la necesidad de establecer mecanismos de diálogo que puedan prevenir mayores confrontaciones entre estos vecinos históricamente conflictivos.
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