El 23 de noviembre de 2022, las vidas de dos españoles cambiaron para siempre. Pablo Álvarez, ingeniero de Airbus, y Sara García, investigadora en cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), fueron anunciados en París como nuevos astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA). Esta designación marca un hito, considerando que el único español seleccionado previamente para el cuerpo europeo de astronautas fue Pedro Duque, hace ya 30 años.
La selección de astronautas ha sido históricamente un proceso riguroso, enfocado principalmente en pilotos e ingenieros. Sin embargo, en esta última convocatoria, la ESA amplió el espectro de disciplinas y, por primera vez, incluyó a un astronauta con discapacidad. Pablo y Sara, ambos oriundos de León, figuraron entre los 17 seleccionados de un total de 22.000 aspirantes.
Pablo, de 34 años, y Sara, de 33, no se conocían antes del proceso de selección. Sus trayectorias, aunque diferentes, convergen en la pasión por el espacio. «Es un sueño que todos los niños tienen alguna vez», comenta Pablo. «No te lo planteas como una opción real hasta que ves la oferta y decides intentarlo.» Sara comparte una experiencia similar: «De pequeña fantaseé con ello, pero no fue hasta leer la oferta desde una perspectiva adulta que me di cuenta de que podía adaptarme al perfil que buscaban.»
El proceso de selección no fue sencillo. “Nos presentamos unos 1.300-1.500 españoles, superamos el primer filtro unos 80 y fuimos invitados a la primera fase en Hamburgo. Entre nosotros, formamos un grupo de WhatsApp que sigue muy activo; surgieron colaboraciones que quizá se profesionalicen”, señala Sara.
La confirmación llegó con una llamada del director general de la ESA, Josef Aschbacher, quien los invitó a París. Ambos se lo comunicaron de inmediato, cumpliendo un pacto interno que establecieron durante el proceso de selección.
Con su nuevo rol, sus vidas profesionales darán un giro. Pablo dejará su trabajo en Airbus el 1 de abril para iniciar el entrenamiento en la ESA. «Mi equipo en Airbus se lo tomó muy bien; ha sido una locura, pero espero que sea solo el boom de los primeros días», apunta. Por su parte, Sara compaginará sus responsabilidades en la ESA con su investigación en el CNIO. «Voy a continuar con mi proyecto de descubrimiento de nuevos fármacos y simultáneamente cumpliré con mis obligaciones en la ESA. Si surge una misión espacial, entonces sí tomaría una excedencia.»
La noticia ha generado un notable interés mediático, que ambos afrontan con serenidad. «Las entrevistas están siendo amables, y hay mucha ilusión por tener dos astronautas españoles después de 30 años», dice Sara. «Nos ha tocado ser figuras públicas, pero está resultando bonito.»
Los futuros astronautas también hablaron sobre los tipos de experimentos previstos en la Estación Espacial Internacional. «La hoja de ruta incluye más de 100 páginas de proyectos científicos que se llevarán a cabo hasta 2030, tocando temas desde la salud y biomedicina hasta la ciencia de materiales», explica Sara.
En medio de sonrisas, apoyo y un futuro prometedor, Pablo y Sara se preparan para escribir sus nombres en la historia de la exploración espacial.