En las recientes elecciones legislativas de Rumania, los primeros sondeos a pie de urna sugieren que el Partido Social Demócrata (PSD), liderado por el actual primer ministro Marcel Ciolacu, se erige como el vencedor. El PSD habría obtenido entre el 24,8% y el 26% de los votos, superando a la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), una formación de extrema derecha encabezada por George Simion, que se quedaría entre el 19% y el 21,6%. Este resultado relega al tercer lugar al Partido Nacional Liberal (PNL), socio de coalición del PSD, que consiguió entre el 14,6% y el 15,5%. Las elecciones, marcadas por una fuerte presencia de partidos ultraderechistas en el parlamento, han generado tensión en un país que sigue en vilo por el controversial resultado de las recientes presidenciales, donde Calin Georgescu, un político ultranacionalista, sorprendió con una victoria imprevista en la primera vuelta.
El ascenso de las tendencias ultraderechistas en Rumania ha acentuado las preocupaciones sobre la dirección política del país, especialmente en un contexto geopolítico sensible debido a la cercanía con el conflicto en Ucrania. La presencia de figuras como Georgescu, admirador confeso de líderes antieuropeos y prorrusos, ha suscitado inquietudes sobre el compromiso de Rumania con la OTAN y la Unión Europea. Al mismo tiempo, se investiga el posible impacto de la desinformación en las elecciones, con demandas de que la Comisión Europea evalúe la influencia de plataformas digitales como TikTok en la reciente votación. La situación lleva al país a un cruce político, tal como lo expresó el presidente saliente Klaus Iohannis, quien advirtió sobre la elección entre democracia o un retroceso hacia el aislacionismo extremista.
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