La tensión dentro del partido político catalán se intensifica a medida que figuras clave como Pere Aragonès, Ernest Maragall y Marta Rovira manifiestan su apoyo a la candidatura encabezada por Xavier Godàs. Este respaldo decisivo parece consolidar una línea divisoria más pronunciada dentro de la formación, generando un ambiente de incertidumbre sobre su futuro inmediato. Las diferencias ideológicas y estratégicas se han vuelto más evidentes, afectando tanto a la cohesión interna como a la percepción pública del partido en un momento crucial para la política catalana.
El apoyo a Godàs podría interpretarse como un intento de ciertos sectores del partido por renovar su liderazgo y reorientar su estrategia política, en contraste con otras facciones más conservadoras que pugnan por mantener el rumbo tradicional. Este escenario plantea interrogantes sobre el impacto que la fractura puede tener en las próximas elecciones y la capacidad del partido para presentar un frente unido. Mientras tanto, los votantes observan con atención cómo se desarrollan estos movimientos internos, conscientes de que las decisiones tomadas podrían redefinir el panorama político de Cataluña en el mediano plazo.
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