Madrid vivió una jornada mágica con la llegada de los Reyes Magos, quienes, pese a las inclemencias climáticas, hicieron su entrada triunfal en la ciudad, permitiendo a miles de familias congregarse en el Paseo de la Castellana. La cabalgata, que inició su recorrido desde Nuevos Ministerios hasta Cibeles, estuvo marcada por un homenaje a los afectados por la DANA en Valencia. En un emotivo gesto, el alcalde José Luis Martínez-Almeida y las mismas majestades, Melchor, Gaspar y Baltasar, recordaron a los damnificados, expresando el deseo de que los sueños de los niños valencianos se hagan realidad. Con paraguas que pasaron de guarecer de la lluvia a ser improvisadas redes para caramelos, la llegada estelar de los Reyes estuvo cargada de simbolismo, desde la estrella de Belén guiando el trayecto hasta ángeles representando esperanza y paz.
La cabalgata contó con la participación de más de 1.500 personas, entre pajes, personal de Samur-Protección Civil y Policía Municipal, quienes ayudaron a los niños a recoger los dulces lanzados por sus majestades. Melchor encabezó la comitiva, destacando la importancia del agua y el cuidado marino, mientras Gaspar se presentó sobre una carroza de pájaro mecánico simbolizando el aire, y Baltasar, sobre una tortuga representando sabiduría, hizo un llamado a la solidaridad. Diez compañías artísticas, incluidas criaturas fantásticas y aventureros en máquinas voladoras, completaron un espectáculo que iluminó la «noche de los deseos cumplidos». Carrozas acompañantes, como la de la Fundación Pequeño Deseo, enfatizaban el tema de los sueños, en una noche donde la magia de Oriente prometía llenar los hogares madrileños de regalos y esperanza.
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