La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha defendido la necesidad de implementar un sistema de «un afiliado, un voto» en el Partido Popular, argumentando que esta medida democratizaría los procesos internos del partido. Ayuso sostiene que esta propuesta permitiría una mayor participación de la militancia en la toma de decisiones, reforzando así la transparencia y representatividad del PP. Esta postura refleja su empeño en implementar reformas que fortalezcan la cohesión y la unidad dentro de la formación política.
Sin embargo, la dirección nacional del Partido Popular, ubicada en Génova, se inclina por mantener un modelo mixto, que combine la participación directa de los afiliados con la representatividad de los delegados en la elección del liderazgo. Este enfoque busca equilibrar la inclusión de las bases con una estructura organizativa más controlada, argumentando que evitaría divisiones internas y aseguraría una gestión más eficiente de los procesos electorales. La propuesta de Génova evidencia las tensiones internas sobre la mejor forma de democratizar el partido sin perder cohesión.
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