Un reciente estudio ha demostrado que los perros no sólo responden a la entonación de sus dueños, sino que también son capaces de comprender y asociar palabras con acciones específicas. Esta investigación revela que la capacidad de los canes para procesar el lenguaje va más allá de la simple interpretación emocional de las voces humanas, sugiriendo un nivel de entendimiento más complejo de lo previamente asumido.
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