Con la llegada de Halloween, el furor por las lentes de contacto de colores se intensifica como complemento ideal para disfraces terroríficos o fantásticos. No obstante, los ópticos-optometristas de Cione Óptica y Audiología advierten sobre el riesgo de adquirir estas lentes en lugares no autorizados, aconsejando siempre acudir a un profesional para su adaptación y uso seguro.
A pesar de su apariencia divertida, las lentes de contacto son productos sanitarios que requieren supervisión profesional, dado que el 80% de la información procesada por el cerebro llega a través de los ojos. Pilar Cornejo, directora de la unidad de Lentes y Contactología de Cione, subraya la importancia de consultar a un óptico-optometrista antes de utilizarlas, ya que no son adecuadas para todos los ojos. Los materiales como el hidrogel o el hidrogel de silicona deben ser seleccionados cuidadosamente por un experto según las características oculares de cada persona.
El uso de lentes de contacto por primera vez en estas fechas demanda instrucción previa en su colocación y retirada para evitar daños o irritaciones. Por ello, recibir orientación en la óptica se vuelve fundamental.
Adquirir lentes en tiendas de disfraces o establecimientos no regulados acarrea riesgos. Solo las ópticas garantizan el cumplimiento de normas higiénicas y brindan supervisión profesional para asegurar una correcta adaptación.
Las lentes de colores pueden transformar cualquier disfraz con toques de realismo, desde vampiros con ojos rojos hasta fantasmas con miradas blancas, pasando por seres mágicos con ojos amarillos o alienígenas misteriosos de ojos negros. Sin embargo, insisten los expertos en Cione, la salud ocular no es un juego.
Para garantizar un uso seguro, los ópticos de Cione ofrecen recomendaciones sencillas: lavarse las manos antes de manipularlas, limitar su uso a ocho horas seguidas, retirarlas ante cualquier molestia y seguir las indicaciones de limpieza para lentes reutilizables.
Existen, además, lentes de fantasía graduadas y de diferentes formatos, que permiten elegir entre un uso más prolongado y estético. En todos los casos, el rol del óptico-optometrista es fundamental para asesorar sobre la opción más adecuada para cada persona.


