El panorama político en Valencia se ha visto sacudido tras una serie de eventos protagonizados por Pilar Bernabé, actual delegada del Gobierno y reciente candidata del PSPV para la alcaldía de la ciudad. Su aparición en el Juzgado, donde puso en entredicho las actuaciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar durante las inundaciones de octubre, ha coincidido con las críticas lanzadas por el president de la Generalitat, Carlos Mazón. Este movimiento ha sido visto como una ayuda no deseada a Mazón, ya que reafirma las objeciones emitidas desde su administración. Bernabé, que hasta hace poco era una figura respetada dentro y fuera de su partido, busca ahora consolidar su candidatura a la alcaldía, una jugada estratégica que podría complicar las aspiraciones de M.ª José Catalá, quien podría estar contemplando una salida del consistorio para asumir retos mayores.
Sin embargo, la polémica no ha tardado en seguir a Bernabé. La controversia sobre su currículum, en el que se atribuyen títulos académicos que nunca completó, ha empañado su perfil profesional. Aunque desde su entorno apuntan a un error en la página web del partido, el daño ya está hecho y podría influir en su campaña electoral. Este episodio recuerda la disputa pasada sobre la tesis doctoral del presidente Pedro Sánchez, un recordatorio del persistente problema de la picaresca en la política española. A diferencia de otros países europeos, donde situaciones similares han llevado a rápidas dimisiones, en España estas controversias parecen no tener el mismo peso político, lo que genera dudas sobre las futuras repercusiones para Bernabé y su partido.
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