El ministro ha justificado sus recientes comentarios críticos en Twitter alegando que fueron una expresión de su «indignación» manifestada con «ironía». Durante una rueda de prensa, explicó que sus publicaciones, que generaron controversia y revuelo en las redes sociales, no tenían la intención de ofender ni causar malentendidos, sino más bien abordar ciertas situaciones con un tono inteligente que pudiera invitar a la reflexión. No obstante, reconoció que este tipo de comunicación puede ser malinterpretada, especialmente en plataformas tan inmediatas como las redes sociales.
En respuesta a las críticas recibidas, el ministro aseguró que no planea abandonar su estilo directo y que continuará utilizando las redes para expresar sus opiniones personales y políticas. Sin embargo, indicó que en el futuro será más cuidadoso con el lenguaje utilizado para evitar malentendidos. A pesar de la controversia, algunos analistas consideran que su acercamiento podría resonar con un sector del público que aprecia la sinceridad y la transparencia en un contexto político a menudo descrito como excesivamente formal.
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