El reciente estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Fundación BBVA alerta sobre las dificultades que enfrentarán los jóvenes para alcanzar una pensión adecuada. Según el informe, la falta de años cotizados debido a un acceso tardío al empleo obligará a muchos a prolongar su vida laboral, alcanzando la jubilación en torno a los 71 años para quienes hayan cotizado solo 30 años. Aquellos con 40 años de cotización podrían jubilarse a los 65 años sin ver reducida su pensión respecto a su último salario. Esto contrasta con una tasa de ocupación juvenil que ha caído significativamente desde 2007, complicando aún más la posibilidad de acumular suficiente tiempo de cotización.
Las reformas proyectadas en el sistema de pensiones, que suponen un aumento en la edad de jubilación ordinaria y en los años necesarios para calcular la base reguladora, podrían empeorar la situación. El documento advierte que reformar el cálculo de la base reguladora o vincular la pensión a la esperanza de vida reduciría la tasa de reemplazo de las pensiones drásticamente. Con cotizaciones de 30 años, la tasa podría caer al 57,6% del último salario, frente al 77,1% actual. Así, los jóvenes se enfrentarán a mayores desafíos en su bienestar futuro, exacerbados por la precariedad y la calidad del empleo.
Leer noticia completa en El Pais.
