Los Phoenix Suns han sorprendido al mundo de la NBA al acordar el traspaso de su estrella, Kevin Durant, a los Houston Rockets, según informó ESPN. La operación, que desvía la atención de las inminentes finales de la NBA entre el Oklahoma City Thunder y los Indiana Pacers, busca aliviar la carga salarial de los Suns y darle un nuevo impulso al equipo tejano. Durant, tras una carrera estelar que incluye dos campeonatos de la NBA y cuatro medallas de oro olímpicas, se unirá a su quinto equipo en 18 temporadas, prometiendo aportar su experiencia y habilidad anotadora a los Rockets. Como parte del acuerdo, Houston enviará a Jalen Green, Dillon Brooks, y varias elecciones de draft a Phoenix, consolidando así una estrategia centrada en la renovación y en valores defensivos.
El traspaso se produce en un momento de transición para los Suns, que han experimentado cambios significativos en su dirección ejecutiva y cuerpo técnico. El propietario del equipo, Mat Ishbia, busca un nuevo enfoque basado en la «dureza», ejemplificado con la llegada de Brooks. Por su parte, Durant expresó su disposición para comenzar esta nueva etapa, destacando su buena relación con Ime Udoka, entrenador de los Rockets. Esta renovación no solo supone un cambio de aires para Durant, sino también una oportunidad para Houston de revitalizar su ofensiva con el icónico alero, mientras los Suns continúan con un proyecto de reestructuración tras un decepcionante rendimiento en la última temporada. Durant, dejando atrás una etapa complicada en Phoenix, se enfocará en su futuro con optimismo y profesionalismo, cerrando así un capítulo de su influencia en Arizona.
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