Durante años, la «curva de la bañera» ha sido la guía visual para entender el comportamiento de la fiabilidad de los dispositivos en ingeniería. Sin embargo, Backblaze, una empresa que lleva 13 años monitoreando discos duros, ha revelado que este modelo tradicional ya no se ajusta a la realidad actual.
Las observaciones de Backblaze, basadas en cientos de miles de unidades, muestran que los discos duros están rindiendo mejor y duran más que nunca. Al revisar datos históricos de 2013, 2021 y las proyecciones para 2025, la tendencia indica que las tasas de fallo son más bajas y ocurren más tarde en la vida útil del disco.
En 2013, el punto máximo de la tasa anualizada de fallos (AFR) era del 13,73% alrededor de los tres años de uso. Para 2021, el pico se retrasó a los casi ocho años, y se espera que en 2025, este se sitúe en un 4,25% después de diez años. Este cambio sugiere una mejora significativa en la fiabilidad y longevidad de las unidades.
La «curva de la bañera» tradicional simplifica la realidad al tratar el tiempo como la única variable, sin considerar factores como el entorno, las actualizaciones de firmware y los cambios en los procesos operativos. En centros de datos reales, estas condiciones son dinámicas, afectando la fiabilidad de los discos.
Backblaze ha registrado estos cambios en su propia operación, pasando de 35,000 unidades monitorizadas en 2013 a más de 317,000 en 2025. Este crecimiento ha permitido una muestra más amplia y fiable, reduciendo las variaciones estadísticas que solían evidenciarse con menos datos.
El cambio es significativo: los fallos tempranos son menores y el repunte final es menos drástico y ocurre más tarde, lo que en términos operativos se traduce en menos sorpresas y más años de utilización efectiva por unidad.
Si bien la curva antigua no es errónea, se ha quedado corta para reflejar las complejidades de la actualidad. Hoy en día, la variabilidad entre modelos, la actualización constante de infraestructuras y las mejoras operativas han transformado la curva de un simple gráfico a un reflejo más preciso del rendimiento real.
De cara al 2029, Backblaze planea seguir analizando estas tendencias para comprobar si la fiabilidad sigue mejorando. Esta evolución no solo afecta a los centros de datos, sino que también sugiere buenas noticias para los consumidores que todavía dependen de discos duros tradicionales.
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