Las protestas que tuvieron lugar el domingo resultaron en numerosos arrestos y enfrentamientos intensos entre la policía y los manifestantes, generando un clima de tensión en las calles. Según informes, los disturbios comenzaron de manera pacífica pero escalaron rápidamente, lo que llevó a las fuerzas del orden a intervenir. En el caos que siguió, varios coches fueron incendiados, y las autoridades tuvieron que desplegar medidas de control del orden para intentar restablecer la calma. Las imágenes de autos en llamas y el sonido de las sirenas dominaron la escena, en una jornada marcada por la violencia.
Las causas subyacentes de estas protestas aún están siendo investigadas, pero se presume que están vinculadas a descontentos sociales acumulados y recientes decisiones gubernamentales. Los líderes comunitarios han llamado a la calma, mientras que las autoridades locales están trabajando para evaluar los daños y determinar futuras acciones para evitar la repetición de estos disturbios. En tanto, la opinión pública sigue dividida, con algunos ciudadanos expresando su apoyo a las manifestaciones, y otros condenando los actos de vandalismo que empañaron sus objetivos iniciales.
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