El sector tecnológico está atravesando una de sus transformaciones más significativas desde la aparición del smartphone. La llegada de los AI PC, ordenadores personales diseñados para realizar tareas de inteligencia artificial de manera local, inaugura una nueva era en la computación personal. Esta tendencia, que ya no es meramente eso, se convierte en una realidad que avanza rápidamente.
Las recientes presentaciones de Microsoft, Intel, AMD y Qualcomm, junto a fabricantes como Lenovo, Dell o HP, señalan un claro punto de inflexión. El concepto de “ordenador con IA” se ha trasladado del ámbito de los centros de datos y el cloud a dispositivos portátiles con unidades de procesamiento neuronal (NPU) y sistemas operativos optimizados para experiencias generativas. Asistentes en tiempo real, como Copilot, Gemini, Grok o Claude, ya operan directamente desde estos equipos.
Este avance no es solo marketing; representa una innovación arquitectónica en hardware y software. El papel predominante de las NPU frente a las CPU tradicionales redefine la manera en que se ejecutan tareas como asistentes de IA, traducciones automáticas o transcripciones de reuniones, sin necesidad de conectarse a la nube. Esto ofrece ventajas en términos de privacidad, reducción de latencia y eficiencia energética, además de disminuir la carga en los servidores centrales, alineándose con objetivos de sostenibilidad digital.
Lo que comenzó como una mejora en la productividad se integra ahora en la vida cotidiana. Las capacidades van más allá de la generación de texto o corrección de presentaciones: los AI PC pueden editar vídeos en tiempo real, reorganizar tareas, generar resúmenes de voz al instante o traducir idiomas mientras se escribe un correo.
Google también avanza con Gemini Nano en Chromebooks y Android, mientras que Apple trabaja en su ecosistema de IA generativa local con Apple Intelligence. Perplexity explora opciones con buscadores conversacionales para redefinir la navegación en internet desde un entorno local.
Sin embargo, este avance rápido plantea importantes preguntas. ¿Quién controla los modelos que se ejecutan en nuestros dispositivos? ¿Cómo asegurarán las empresas la neutralidad y transparencia de los asistentes preinstalados? Con el cambio de un modelo económico basado en hardware a otro centrado en servicios de IA, surge la pregunta de si los usuarios aceptarán que sus dispositivos sean gestionados en parte por terceros.
La aceleración hacia los AI PC también suscita reflexiones sobre soberanía tecnológica, especialmente en Europa, donde se discuten modelos de lenguaje locales para equilibrar conveniencia y control. Este cambio hacia experiencias “conversacionales first” implica una interacción más proactiva y predictiva, donde los sistemas anticipan necesidades del usuario sin esperar instrucciones.
El paso hacia los AI PC no es solamente una moda, sino un nuevo paradigma que redefine el concepto de ordenador personal. Las reglas han cambiado y la capacidad de ejecutar IA localmente se convierte en central para un equipo moderno. Las empresas ya se están posicionando, pero el mercado y los usuarios tienen la última palabra: ¿están preparados para esta nueva era?
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