Un año después de las intensas protestas que paralizaron los accesos a París, el sector agrícola francés vuelve a movilizarse, esta vez en contra del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. Agricultores y sindicatos rurales han salido a las calles de la capital gala para expresar su rechazo a un acuerdo que, según argumentan, pone en riesgo los estándares medioambientales y de calidad de los productos europeos. Los manifestantes temen que la importación masiva de productos agrícolas de países del Mercosur, como carne de res y soja, a menores costos y con normativas más laxas, afecte significativamente la competitividad de los agricultores franceses y, por ende, su sustento económico.
El descontento ha trascendido más allá de los sectores rurales, sumándose otros movimientos que cuestionan las implicaciones de este acuerdo en la sostenibilidad ambiental y el cambio climático. Los opositores subrayan la contradicción que supone, por un lado, el compromiso de la UE de reducir las emisiones y, por otro, facilitar la importación de productos provenientes de regiones donde la deforestación y el uso intensivo de agroquímicos son preocupantes. Las manifestaciones han reavivado el debate sobre las políticas comerciales y climáticas del bloque europeo, poniendo presión sobre el gobierno francés para tomar una posición más crítica antes de ratificar el tratado.
Leer noticia completa en El Mundo.