La localidad se encuentra inmersa en un clima de tensión después de que un residente del pueblo fuera brutalmente agredido. Con un 30% de su población compuesta por inmigrantes, las preocupaciones sobre la convivencia han aumentado. La situación se intensificó durante la noche del sábado, cuando se registraron varios altercados que culminaron con un detenido y tres personas heridas. Las autoridades locales han solicitado calma mientras investigan los sucesos para esclarecer las circunstancias que rodearon la paliza.
El aumento de los incidentes ha suscitado una oleada de reacciones entre los vecinos, que exigen respuestas efectivas para frenar la violencia. Las patrullas policiales se han incrementado en la zona en un esfuerzo por garantizar la seguridad comunitaria. Mientras tanto, las organizaciones vecinales han hecho un llamado a la unidad para evitar que las tensiones causen una brecha mayor entre los residentes locales e inmigrantes. La situación ha generado un debate sobre las medidas necesarias para mejorar la integración y convivencia en la localidad.
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