En medio de una escalada de tensiones en la región, Francia, Reino Unido y Canadá han advertido a Israel sobre la posibilidad de tomar «acciones concretas» en respuesta a lo que describen como una «atroz expansión en Gaza». Estos países expresaron su preocupación por las operaciones israelíes en el territorio, sugiriendo que podrían estar contribuyendo a un aumento de la hostilidad y el sufrimiento humano. La comunidad internacional está observando de cerca, mientras la situación genera un creciente llamado a medidas diplomáticas para frenar el conflicto y buscar una solución pacífica.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, respondió con dureza a estas amenazas, acusando a las naciones occidentales de «premiar» lo que describió como ataques «genocidas» por parte de Hamas. Netanyahu defendió las operaciones de Israel en Gaza como necesarias para garantizar la seguridad de su país frente a los ataques del grupo militante. La retórica en aumento y las tensiones internacionales destacan la complejidad del conflicto, que sigue siendo un punto de fricción en la política global, desafiando esfuerzos diplomáticos anteriores para alcanzar una paz duradera.
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