El exfutbolista que asumió la presidencia de Georgia tras suceder a la proeuropea Salomé Zurabishvili ha causado revuelo con sus declaraciones respecto a la relación del país con la Unión Europea. Según él, Georgia ha recibido un tratamiento injusto por parte del bloque comunitario, lo cual ha generado tensiones en las relaciones diplomáticas. El mandatario sostiene que su objetivo es fortalecer la soberanía de Georgia y promover una política exterior que priorice los intereses nacionales. Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente discusión sobre la orientación geopolítica del país.
En cuanto a las elecciones celebradas en 2024, el presidente ha calificado estos comicios como «las mejores que hemos tenido», destacando su transparencia y la participación ciudadana. Estas elecciones han sido un hito en la historia reciente de Georgia, reflejando, según él, una consolidación democrática significativa. Sin embargo, sus críticos argumentan que persisten desafíos importantes, incluidos los problemas de gobernabilidad y las divisiones internas. Mientras el país navega por estas complejidades políticas, las declaraciones del presidente continúan generando debate tanto a nivel doméstico como internacional.
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