Las obras de cubrición en uno de los puntos más transitados del país han causado un caos significativo en la movilidad urbana. La eliminación de un carril lateral en la circunvalación principal ha convertido esta vía en una auténtica ratonera, generando congestionamientos de tráfico que afectan diariamente a miles de conductores. Este embotellamiento ha intensificado los tiempos de desplazamiento, afectando tanto a la eficiencia del transporte público como privado y exacerbando la frustración de los ciudadanos que dependen de esta ruta para sus actividades cotidianas.
El impacto de estas obras no solo se limita al tráfico, sino que también repercute en la economía local, pues el movimiento comercial se ha visto obstaculizado por la dificultad de acceso a determinadas áreas. Los residentes de las zonas aledañas han expresado su preocupación por la falta de planificación y adecuadas alternativas de desvío, lo que incrementa la presión sobre las calles secundarias. Las autoridades, por su parte, se enfrentan al desafío de encontrar soluciones que minimicen las molestias y aseguren la finalización oportuna de las obras para restaurar la normalidad en la circulación vial.
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