La Unión Europea ha reiterado su firme posición en favor de la diplomacia como medio para solucionar el creciente conflicto en Oriente Próximo, tras el reciente bombardeo estadounidense de instalaciones nucleares en Irán. António Costa, presidente del Consejo Europeo, expresó su profunda preocupación por el giro alarmante de la situación, destacando que las bombas ponen en riesgo a los civiles y complican el camino hacia la paz. La alta representante para Política Exterior, Kaja Kallas, insistió en el llamado a las partes implicadas para volver a la mesa de negociaciones y evitar una escalada militar. Mientras tanto, los ministros de Exteriores de Alemania, Francia y Reino Unido han buscado instancias diplomáticas, aunque lamentan que las acciones de Washington compliquen estos esfuerzos.
Reacciones internacionales han surgido rápidamente, con el Gobierno ruso condenando el ataque estadounidense y calificándolo de violación del derecho internacional. De modo similar, China ha criticado la acción como una transgresión de la Carta de las Naciones Unidas, pidiendo el cese inmediato de hostilidades. Turquía, manteniendo relaciones con ambos bandos, ha expresado preocupación por las repercusiones potencialmente globales del conflicto, abogando también por una solución negociada. Los líderes de Francia, Alemania y Reino Unido recalcan su compromiso con hallar una resolución pacífica, en contraste con la posición estadounidense encabezada por el presidente Donald Trump, que ha tomado medidas drásticas para abordar lo que consideran una amenaza nuclear iraní.
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