A tan solo 15 meses de haber alcanzado la victoria electoral, el Primer Ministro británico enfrenta una significativa caída en su popularidad mientras asiste a la Conferencia del Partido Laborista. Esta impopularidad se ha visto impulsada por una serie de decisiones políticas que han generado descontento tanto entre sus propios partidarios como en la oposición. Las encuestas reflejan un claro descenso en la aprobación del líder, destacando la difícil situación interna que enfrenta su gobierno en un momento crítico.
En el contexto de la conferencia, se espera que el Primer Ministro intente revitalizar su imagen y recuperar la confianza de sus bases, planteando nuevas estrategias para abordar los problemas más urgentes del país. Sin embargo, el ambiente está tenso, ya que muchas voces dentro del partido exigen cambios más profundos y medidas efectivas para afrontar los desafíos económicos y sociales que afectan al Reino Unido. La reunión será fundamental para definir el futuro liderazgo y la dirección política que el partido tomará en los próximos meses.
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