El panorama cultural se ve sacudido por una iniciativa antimilitarista emergente desde el ecosistema crítico del libro. Esta propuesta, respaldada por la Fundación Anselmo Lorenzo (FAL) y otros proyectos del ámbito literario, se erige como un espacio de pensamiento disidente y plantea un manifiesto al que invitan a sumarse a través de su sitio web, «https://www.libroscontralaguerra.org». Este movimiento no solo rechaza la guerra, sino que también reitera la necesidad de un análisis crítico sobre los conflictos armados y su impacto en la sociedad.
La tradición libertaria, a menudo malinterpretada como promotora del caos y la violencia, ha sido históricamente asociada con movimientos antimilitaristas. Este es el caso de la CNT, un sindicato que se define por su lucha contra las injusticias laborales mediante la acción directa y sin intermediarios. La postura de organizaciones como estas ante la guerra es, por necesidad, crítica y disidente frente al discurso oficial.
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, los conflictos armados han servido como un mecanismo dentro del capitalismo globalizado para mantener y aumentar los beneficios de las élites. Este conflicto en Ucrania no es la excepción, provocando una inflación que afecta desproporcionadamente a las clases trabajadoras, mientras que los beneficios se concentran en unos pocos. Un eslogan reciente en las manifestaciones antimilitaristas sugiere revertir esta lógica: «bajar las armas y subir los salarios.»
En contraste con el tratamiento mediático que simplifica y espectaculariza los conflictos, el ecosistema crítico del libro aboga por una reflexión profunda y sosegada, que permita cuestionar y confrontar la narrativa dominante. Este grupo ha lanzado una campaña, «¡Más libros, es la guerra!», que une a cerca de un centenar de proyectos independientes, editores, libreros, y otros actores del mundo literario en una causa común contra la violencia bélica.
La campaña incluye la plataforma «www.libroscontralaguerra.org», que ofrece sugerencias de lectura y señala actividades relacionadas con esta iniciativa. El manifiesto de la campaña es una llamada a la reflexión, la crítica y la acción solidaria. Invita a la adhesión de proyectos independientes y también de individuos, subrayando la importancia del apoyo colectivo para compartir los costos y esfuerzos.
Entre las propuestas concretas de «Libros contra la Guerra» se encuentra la paralización del envío de armamento a Ucrania y la redirección del gasto militar hacia organizaciones que promuevan la paz y atiendan a las víctimas del conflicto. Propugnan el diálogo y la mediación internacional como vía para la paz, en lugar de la perpetuación de la contienda por intereses económicos particulares.
El manifiesto también apoya a los desertores y objetores de conciencia de los países en conflicto, considerándolos verdaderos disidentes y héroes que merecen protección. De esta manera, se alinean con campañas internacionales de resistencia a la guerra como #ObjectWarCampaign.
Dentro de sus objetivos futuros, la campaña busca fortalecer las alianzas con organizaciones antimilitaristas y difundir su mensaje en el ámbito universitario. Reconocen la importancia histórica de la universidad como bastión del pensamiento crítico y desean revitalizar este espíritu en una época en que las protestas estudiantiles parecen haber disminuido considerablemente.
En resumen, la iniciativa «Libros contra la Guerra» no solo rechaza la escalada bélica sino que propone una alternativa basada en la reflexión, el diálogo y la acción colectiva desde la cultura y la literatura. En un tiempo donde el discurso de los grandes medios a menudo margina las voces disidentes, esta campaña reivindica el poder transformador de los libros y la cultura.
Fuente: CNT