La Cumbre del Clima COP29 se encuentra en un punto de fricción, ya que las negociaciones sobre el financiamiento climático han llegado a un estancamiento y los plazos se han alargado más allá de lo previsto. En el centro de las discusiones se encuentra la propuesta de movilizar 1,3 billones de dólares anuales para apoyar a los países en desarrollo hasta 2035, según el último borrador financiero. Este objetivo, conocido como el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado, ha sido diseñado bajo el marco del Acuerdo de París, estipulando que los países desarrollados lideren el compromiso con 250.000 millones de dólares. Sin embargo, esta cifra ha sido calificada de insuficiente por diversas organizaciones ecologistas y sociales, que claman por un compromiso de un billón de dólares anuales hasta 2030 para enfrentar de manera adecuada los retos climáticos.
Las críticas al borrador son contundentes, ya que se considera irrisoria e inamovible la cifra propuesta por los países enriquecidos, lo cual, según los activistas, no refleja un aumento respecto al objetivo vigente desde 2009. Grupos como Ecologistas en Acción, Greenpeace y Juventud por el Clima han alzado la voz, resaltando la urgencia de proporcionar financiación predecible y suficiente a los países empobrecidos del Sur global, actualmente afectados por una situación financiera crítica. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha enfatizado la necesidad de cooperación internacional y justicia climática en medio de divisiones geopolíticas, instando a los países asistentes a la COP29 a unir esfuerzos para asegurar un futuro sostenible y justo para toda la humanidad.
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