La Unión Europea enfrenta nuevamente desafíos significativos en su cumbre en Bruselas, donde el tema migratorio y la situación en Oriente Medio dominan la agenda. En medio de debates que reflejan las divisiones internas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha propuesto respuestas innovadoras para la crisis migratoria, incluyendo la posibilidad de establecer centros de detención de migrantes fuera del bloque, siguiendo el ejemplo del acuerdo entre Italia y Albania. Pese a la aceptación de esta propuesta por parte de 15 Estados miembros, incluyendo a líderes de países como Dinamarca y Países Bajos, la aplicación de esta medida es compleja, dados los rigores de la legislación vigente de la UE, como señaló la portavoz de Interior y Migración, Anitta Hipper. España, por su parte, se opone a soluciones temporales y aboga por la implementación del pacto común de migración y asilo previsto para 2026.
Simultáneamente, las tensiones en Oriente Medio añaden otra capa de complejidad a las conversaciones. Los líderes europeos debaten la falta de consenso respecto a los recientes ataques entre Israel y Hezbolá, y la posibilidad de suspender el Acuerdo de Asociación entre Israel y la UE ha sido planteada por España e Irlanda. Este último tema no ha encontrado eco favorable en Bruselas, particularmente con las críticas recibidas por la lentitud en tomar una postura más decidida por parte del Servicio Europeo de Acción Exterior. Sumado a la cumbre, también se discutirán otros temas globales, como la invasión rusa de Ucrania, la competitividad económica y el cambio climático, en un esfuerzo por abordar algunas de las cuestiones más desafiantes que enfrenta la Unión en la actualidad.
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