Libertad entre Rejas: Semana de Libros Prohibidos en Prisiones Reivindica el Derecho a la Lectura

En Estados Unidos, casi todos los sistemas penitenciarios ofrecen algún tipo de acceso a tabletas para las personas encarceladas, muchas de las cuales cuentan con bibliotecas considerables de libros electrónicos. Sin embargo, esta aparente mejora en el acceso a la lectura esconde una realidad mucho más compleja. Según datos recientes, una combinación de precios abusivos, catálogos insuficientes y políticas restrictivas ha exacerbado un problema de censura de libros que ya era significativo en el sistema penitenciario.

La campaña «Prison Banned Books Week» ha destacado mediante entrevistas y solicitudes de información que, a pesar de ofrecer acceso a decenas de miles de eBooks, los programas de tabletas en las prisiones realmente proporcionan poco material de lectura valioso. Los dispositivos están fuertemente restringidos y son generalmente diseñados por dos empresas principales: Securus y ViaPath. La investigación ha revelado que el material disponible no es accesible para muchos internos debido a las limitaciones técnicas y de contenido de los dispositivos.

Las compañías que ofrecen estas tabletas suelen publicitar bibliotecas que contienen miles de libros, sin embargo, se ha comprobado que muchos de esos textos son de dominio público, extraídos de Project Gutenberg. Aunque la iniciativa de ofrecer estos “clásicos” es loable, muchos de los libros presentes son irrelevantes o anticuados para la mayoría de los internos. Un recluso de Pensilvania describió la selección de libros como «embarazosamente delgada», comparando la oferta a “los restos polvorientos de alguna tienda de segunda mano o un basurero en un callejón”.

Además, este acceso limitado a libros se ve agravado por la censura generalizada de libros físicos dentro de las prisiones. Los materiales impresos son frecuentemente descalificados por diversas razones, tales como su contenido considerado «dañino» o la necesidad de obtener permisos previos de un administrador penitenciario, socavando así el derecho de las personas encarceladas a recibir información.

Un aspecto particularmente preocupante es el costo de los eBooks, que puede ser de hasta 0.99 dólares o más, en contraposición al salario promedio de un preso en EE.UU., que es de 0.63 dólares por hora. Algunos libros en estos sistemas de tabletas pueden llegar a costar más de 20 dólares, y en algunos casos, los internos deben pagar por las tabletas necesarias para acceder a los contenidos. Estas barreras económicas limitan significativamente el acceso a la lectura y la conexión con el mundo exterior.

Este desplazamiento hacia las copias digitales accesibles a través de tabletas es indicativo de una tendencia más amplia dentro del sistema penitenciario, donde lo digital está reemplazando a lo tangible. Sin embargo, las copias digitales no suplen adecuadamente a los libros físicos, que ofrecen una accesibilidad que las tabletas no pueden proporcionar. Esta tendencia también afecta a la correspondencia personal, con políticas que impiden a los internos recibir cartas físicas, obligando a las familias a enviar cartas a empresas privadas que las escanean y destruyen las copias originales.

La Electronic Frontier Foundation (EFF) ha iniciado acciones legales para defender el derecho de los internos a acceder a materiales de lectura tangibles y está cuestionando políticas de ciertos condados que prohíben la correspondencia física. Según estas políticas, las cartas enviadas por las familias son escaneadas y destruidas, y las copias digitales sólo están accesibles a través de un número limitado de tabletas compartidas, lo que limita la capacidad de los presos para comunicarse con el exterior.

La demanda de la EFF y otras organizaciones está en curso, con la esperanza de que los tribunales reconozcan los perjuicios a los derechos de expresión y privacidad de los presos. Durante la Semana de los Libros Prohibidos en las Prisiones, se mantiene la esperanza de que se ponga fin a la censura de los materiales de lectura para los encarcelados, ya que restringir lo que algunas personas pueden leer afecta a todos.

Fuentes: EFF.org

Mariana G.
Mariana G.
Mariana G. es una periodista europea y editora de noticias de actualidad en Madrid, España, y el mundo. Con más de 15 años de experiencia en el campo, se especializa en cubrir eventos de relevancia local e internacional, ofreciendo análisis profundos y reportajes detallados. Su trabajo diario incluye la supervisión de la redacción, la selección de temas de interés, y la edición de artículos para asegurar la máxima calidad informativa. Mariana es conocida por su enfoque riguroso y su capacidad para comunicar noticias complejas de manera clara y accesible para una audiencia diversa.

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