En las melancólicas tardes de Apeldoorn, la escena atlética del Campeonato Europeo en pista cubierta culminó con una jornada de emociones y nervios a flor de piel. El veterano Renaud Lavillenie, a sus 38 años, enfrentó la competición buscando su quinto oro europeo, pero esta vez el salto con pértiga dejó un sabor agridulce. A pesar de sus esfuerzos, Lavillenie se detuvo en los 5,60 metros, mientras que el griego Manolo Karalis se alzó con la victoria alcanzando 5,90 metros. Esta vez, Lavillenie debió conformarse con ser espectador de cómo la nueva generación de atletas, entre ellos el noruego Sondre Guttormsen y el local Menno Vloon, compitieron ferozmente en la arena.
Paralelamente, Jakob Ingebrigtsen reafirmó su dominio absoluto en los 3.000 metros con una estrategia meticulosamente ejecutada que desarmó las aspiraciones del británico George Mills. Con su victoria, sumó su séptimo título europeo bajo techo, consolidándose como el mediofondista a vencer en el continente. Por otro lado, mientras las luces de Apeldoorn se apagaban, en Salamanca, Yulimar Rojas vivió un amargo regreso tras su recuperación por una lesión en el tendón de Aquiles, al cerrar su participación con molestias que le impidieron saltar adecuadamente. La campeona olímpica se concentrará ahora en su recuperación para enfocarse en el Mundial de Tokio, mientras que Juan Miguel Echevarría, en su retorno paulatino, logró un salto prometedor de 7,48 metros en busca de recuperar su esplendor pasado.
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