El papa León XIV regresará a Castel Gandolfo este verano, rompiendo la tradición establecida por Francisco, quien renunció a las estancias estivales en esta residencia al considerarlas innecesarias. La Santa Sede confirmó que el Pontífice estará allí del 6 al 20 de julio y del 15 al 17 de agosto, alojándose en la Villa Barberini en lugar del palacio pontificio, ahora museo. Este movimiento se interpreta como un claro distanciamiento del estilo de Francisco, quien evitó las convenciones papales en pos de una iglesia más cercana a los problemas sociales. León XIV, alejado del foco mediático, busca gestionar las divisiones internas causadas por su predecesor, mostrando gestos de reconciliación con el sector más tradicional de la Iglesia.
La postura de León XIV respecto a asuntos políticos también marca una diferencia notable con Francisco. Mientras que el papa argentino no rehuía posicionarse en temas controvertidos, León XIV opta por una discreción deliberada. En un evento reciente en Chicago, evitó pronunciamientos políticos directos, enfocándose exclusivamente en un mensaje espiritual. Esta actitud, que contrasta con las firmes críticas de Francisco hacia las políticas migratorias durante el mandato de Trump, sugiere una estrategia de apaciguar tensiones internas antes de abordar temas espinosos. Con este enfoque, León XIV busca cimentar su liderazgo desde una posición de calma y reflexión dentro de la curia y la comunidad católica.
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