En 1896, León XIII se convirtió en el primer Papa en ser filmado, marcando un hito en la historia del cine y del Vaticano. La grabación fue realizada por Vittorio Calcina, tras meses de negociaciones que permitieron el acceso de un equipo de grabación al Vaticano. La cinta, titulada Sua santità papa Leone XIII, consta de tres segmentos. En el primero, se observa al Papa rodeado de obispos y su equipo cercano; en el segundo, los jardines vaticanos y un carruaje papal que avanza tirado por caballos negros y guiado por un cochero.
La última parte del film muestra a León XIII descendiendo del carruaje, donde es recibido de rodillas por el cardenal Della Volpe, a quien saluda antes de ofrecer una bendición final a la cámara. Esta filmación no solo captura el aura de la iglesia en aquella época, sino que también representa una de las primeras incursiones del cine en el ámbito religioso, convirtiéndose en un documento invaluable para la historia audiovisual del Vaticano.
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