El acceso a los espacios de ocio para personas con discapacidad intelectual y física continúa enfrentando múltiples barreras. Desde la falta de instalaciones adecuadas, como baños accesibles y accesos para sillas de ruedas, hasta la dificultad de comprender la programación cultural, estas limitaciones son una realidad persistente. Las quejas no solo abarcan el ámbito físico, sino también el económico, donde el costo de entradas dobles para quienes necesitan acompañamiento representa una carga adicional. Plena Inclusión Madrid ha destacado la necesidad de adaptar la información cultural a formatos de lectura sencilla, lo que permitiría un entendimiento más amplio de las actividades disponibles y el acceso gratuito para los acompañantes.
La entidad trabaja actualmente en el programa ‘Cerca y fácil’, donde un grupo de personas con discapacidad intelectual está adaptando textos en distintos espacios culturales para garantizar su comprensión. Este esfuerzo tiene como objetivo facilitar que las personas con discapacidad disfruten del ocio, permitiéndoles participar en actividades culturales sin ser apartados. Aunque los avances son notables, testimonios como el de Paula Martín y Ramona Bolopa evidencian la necesidad de seguir mejorando, enfatizando que aún existen muchos espacios que no son inclusivos y donde las personas con discapacidad no son bienvenidas. La creación de «espacios amables» se vuelve esencial para garantizar la plena inclusión en la vida cultural y social.
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